MENTE, CARÁCTER Y PERSONALIDAD TOMO 1
Por ELENA G. DE WHITE
SECCIÓN I EL ESTUDIO DE LA MENTE
1. Su importancia
La obra más delicada.
Tratar con las mentes humanas es la obra más delicada en la cual los hombres
estuvieron alguna vez ocupados.- 3T 269 (1873).
Conocer las leyes que rigen la mente y el cuerpo.
Es deber de toda persona, para su propio bien y el de la humanidad, conocer las
leyes de la vida y obedecerlas con toda conciencia. Todos necesitan conocer el
organismo más maravilloso: el cuerpo humano. Deberían comprender las
funciones de los diversos órganos y como éstos dependen unos de otros para que
todos actúen con salud. Deberían estudiar la influencia de la mente en el cuerpo,
la del cuerpo en la mente, y las leyes que los rigen. -MC 89, 90 (1905).
Adiestrar y disciplinar la mente.
No importa de quién se trate. . . el Señor os ha bendecido con facultades
intelectuales capaces de vasto desarrollo. Cultivad vuestros talentos con fervor
perseverante. Educad y disciplinad la mente por el estudio, la observación y la
reflexión. No podéis encontraros con la mente de Dios a menos que pongáis en
uso toda facultad. Las capacidades mentales se fortalecerán y desarrollarán si
salís a trabajar con el temor de Dios, con 4 humildad, y con una ferviente oración.
Un propósito resuelto realizará milagros. -NB 302, 303 (1915).
El potencial de la mente disciplinada.
Tiene que practicar la disciplina propia. . . Una mente común, bien disciplinada,
efectuará una obra mayor y más elevada que la mente mejor adecuada y los
mayores talentos sin el dominio propio. -PVGM 269, 270 (ed. PP); 234 (ed. ACES)
(1900).
Tratar con las mentes es la mayor obra.
El futuro de la sociedad está indicado por la juventud de hoy. En los jóvenes
vemos a los futuros maestros, legisladores y jueces, los dirigentes y el pueblo que
determinarán el carácter y el destino de la nación. Por lo tanto, cuán importante es
la misión de los que han de formar los hábitos e influir en las vidas de la
generación que surge.
Tratar con las mentes es la mayor obra jamás confiada a los hombres. El tiempo
de los padres es demasiado valioso para gastarlo en la complacencia del apetito o
para ir en pos de la riqueza o de la moda. Dios ha colocado en sus manos a la
preciosa juventud no sólo para que se la capacite para un lugar de utilidad en esta
vida, sino para que sea preparada para las cortes celestiales. -Te 240 (1886).
La utilidad del maestro depende de su mente disciplinada.
